LA CUESTIÓN del aborto estaba resuelta: atendiendo a razones de fechas con garantía médica. La religión no tiene nada que ver sino con quien la profese, y desde luego nada con la política. ¿No vemos mal los comportamientos yihadistas o algo más camuflados? ¿No hay una ley de seguridad? 14 semanas. ¿No hay píldoras? Desde el día siguiente. Pues ya está. No la toquemos más, que así es la rosa. Ahora nos viene un nuevo ministro de Justicia, destacado por su entusiasmo familiar, a confundir el sexo con las témporas. Una mujer no lo es mejor por tener más hijos o no tener ninguno. Como le pasa al hombre. Ya somos bastantes más de los que cabemos en este perro mundo: superamos los 7.000 millones. El asunto del aborto está claro: depende de la voluntad de la embarazada (sea por amor o por descuido: eso es cosa privada). Ahí están las posibilidades de salir del paso menos traumáticas. Y la absoluta libertad de conciencia. Quien no lo vea así, que se atenga a su fe; a los demás que nos dejen en paz. Cada mujer puede hacer con su vientre lo que le dé la gana. Y si es menor, que la eduquen los padres y los maestros: para eso están; los curas, mucho menos... Joder con el aborto: ¡qué latazo!
sábado, 31 de marzo de 2012
Antonio Gala:Aborto intangible
LA CUESTIÓN del aborto estaba resuelta: atendiendo a razones de fechas con garantía médica. La religión no tiene nada que ver sino con quien la profese, y desde luego nada con la política. ¿No vemos mal los comportamientos yihadistas o algo más camuflados? ¿No hay una ley de seguridad? 14 semanas. ¿No hay píldoras? Desde el día siguiente. Pues ya está. No la toquemos más, que así es la rosa. Ahora nos viene un nuevo ministro de Justicia, destacado por su entusiasmo familiar, a confundir el sexo con las témporas. Una mujer no lo es mejor por tener más hijos o no tener ninguno. Como le pasa al hombre. Ya somos bastantes más de los que cabemos en este perro mundo: superamos los 7.000 millones. El asunto del aborto está claro: depende de la voluntad de la embarazada (sea por amor o por descuido: eso es cosa privada). Ahí están las posibilidades de salir del paso menos traumáticas. Y la absoluta libertad de conciencia. Quien no lo vea así, que se atenga a su fe; a los demás que nos dejen en paz. Cada mujer puede hacer con su vientre lo que le dé la gana. Y si es menor, que la eduquen los padres y los maestros: para eso están; los curas, mucho menos... Joder con el aborto: ¡qué latazo!
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