Verdaderamente nuestro país, España, es particular y paradójico, por no decir simplemente anacrónico.
Antonio Valdivia
Para muestra un botón. Estamos pagando con nuestro dinero a aquellos que trabajan para destruirnos, véase Amaiur, CiU, Sindicatos y demás organizaciones separatistas y terroristas.
Unos mediante la supuesta “legalidad histórica” sacada de la manga e inventada, otros mediante el terror y las armas, y los más agitando las calles.
Mientras todo esto nos lo desayunamos a diario, padecemos de un paro sin precedentes en nuestra joven democracia, hemos destrozado el débil tejido industrial y los causantes de ello viven a cuerpo de rey sin responsabilidad alguna.
Se ha votado en elecciones generales no hace nada, hemos dado una mayoría bien sobrada a una opción de Gobierno, y éste no tiene el valor de aplicar las medidas que terminen con estado de cosas.
En estos primeros 100 días, es verdad que ha aplicado reformas, muchas, pero timoratas por miedo al chantaje, que todas maneras se iba a producir, tal y como estamos viendo.
¿Qué nos espera?. Ya sabemos que vienen elecciones en regiones de tinte separatista, que en Andalucía “La PSOE” seguirá esquilmando a los andaluces y al Estado mediante ERES y prácticas mafiosas de administración, unida ahora con un partido de corte bolchevique al estilo de Corea de Norte, y que los Sindicatos, esos que nos anuncian mediante piquetes informativos, que nos romperán los huesos si trabajamos, que la agitación será creciente mientras no se acepten las condiciones que a ellos les interesan, es decir, mantener las subvenciones millonarias, mantener las decenas de miles de liberados y sobre todo, el monopolio de la formación laboral.
¿Y que hace nuestro Gobierno?, nada, pero absolutamente nada. Ni se aplica la Ley, ni se quitan las subvenciones que todo lo corrompen, ni suspende aquellas comunidades autónomas que anuncian la secesión a claras.
Los ciudadanos normales, aquellos que trabajan cuando les dejan, aquellos que pagan religiosamente los impuestos, están del todo desamparados, viendo cómo de sus impuestos se han enriquecido unos, otros los han administrado irresponsablemente y al fin solo les queda en derecho al pataleo, cuando el responsable de sus males ha sido la propia Administración.
Pus sigamos así, Sr. Rajoy, un día llegará en que cualquiera que desea defender su trabajo o su pequeño negocio, tenga que poner sus propios medios, dado que Vd. No tiene el valor de zanjar, de una vez por todas, este estado de cosas. Ese día ya será tarde y entonces no nos valdrán las lamentaciones.
Conste que es eso precisamente el interés de estos sindicatos que Vd. subvenciona con nuestros impuestos y que no nos representan, conste, que será la excusa y el chivo expiatorio para colmar su chantaje al Estado, y que hasta hoy les ha salido gratis y que entre todos vosotros, políticos, habéis permito.
Sr. Rajoy atrévase ya a hacer de este país un Estado moderno inserto en el siglo XXI y terminemos de una vez con las lacras marxistas que cayeron en 1989 con el muro de Berlín. De todas formas, la agitación la tiene garantizada, aproveche la ocasión para dar el vuelco que e nuestra España necesita.
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