PUBLICACIONES Y MERCHANDISING POR VALOR DE 3,6 MILLONES
De la exposición y subasta de los coches oficiales de lujo a una nave repleta de cajas embaladas con miles de libros, televisiones de plasma, relojes, tazas y merchandaising variado de la Junta de Castilla
La Mancha. El Gobierno castellano-manchego que dirige la popular María Dolores de Cospedalvolvió a asestar ayer un importante revés al Partido Socialista al ofrecer un nuevo striptease público de la “imagen del despilfarro” que ha caracterizado la gestión socialistas del expresidente José María Barreda. En total, productos abandonados y hacinados en estanterías por un valor que la Junta estima en 3´6 millones de euros.
Una imagen vale más que mil palabras y, por eso, el consejero de Presidencia y portavoz del Ejecutivo manchego, Leandro Esteban, se fue ayer, junto a los periodistas, hasta una de las naves industriales del polígono de Toledo donde aún aguardan hacinados los restos de los dispendios ejecutados por el anterior Gobierno a través, sobre todo, de dos sociedades; la empresa públicaDon Quijote y el Instituto de la Promoción Turística de Castilla-La Mancha y del servicio de publicaciones de la consejería de Cultura de la Junta.
El recorrido por los pasillos abarrotados de cajas, televisiones de plasma y demás enseres como sillones, proyectores, mobiliario y artículos tecnológicos no puede ser más esclarecedor. Según explicó el portavoz del Ejecutivo, el valor de los artículos correspondientes a la empresa pública Don Quijoteasciende a 1.342.935 euros. Esta empresa, ya liquidada por Cospedal dentro de su plan de adelgazamiento de la Administración, ya cuenta, además, con un pasado controvertido, tal y como puso de manifiesto el último informe del Síndico de Cuentas de la región. Según su auditoria, la empresa, que nació en 2005 dentro de las celebraciones del IV centenario de la obra de Cervantes, no tuvo control previo alguno de sus gastos y regalos durante al año 2007.
De hecho, lo que ayer presentó Leandro Esteban a la prensa es, en buena medida, la plasmación gráfica de las irregularidades ya detectadas por el Síndico de Cuentas en su informe, en el que advirtió sobre la compra “compulsiva” de provisiones que se han convertido, con el tiempo, en “existencias obsoletas” apiladas en los almacenes de la entidad. El informe citaba, por ejemplo, casos como el del llamado “facsímil de tapa negra” (del que se adquirieron más de 24.000 unidades y sólo salieron del almacén unas 5.500 al cierre de 2007) o el de la edición del Quijote de Alfaguara, de la que se compraron 8.172 unidades y sólo salieron 2.600 durante ese año.
En materia de gastos, el informe también se destacó los 200.000 euros destinados a la compra de merchandising. Tazas, relojes, gafas, paraguasque, en su mayoría, siguen en las dos naves de Toledo. “Estamos ante la foto del despilfarro y ante la explicación gráfica de los problemas que hoy tiene Castilla-La Mancha en términos presupuestarios y económicos”, explicó Esteban. “Esta imagen vale más que las miles de palabras que hemos venido utilizando durante mucho tiempo para hablar de la herencia recibida y para hablar de qué es lo que ha sucedido”.
Maletas trolley de 60 euros
Los artículos relacionados con el Instituto de la Promoción Turística de Castilla-La Mancha, una sociedad que está también en proceso de desaparición, suman un valor estimado de 546.000 euros. En este apartado llama la atención, por ejemplo, las maletas trolley por 60 euros la unidad o forros polares que se utilizaban para diferentes regalos institucionales de la Junta. Por otro lado, las publicaciones editadas por la consejería de Cultura y que no han tenido salida alguna del almacén tienen un valor de 1.748.659 euros. Son, en general, libros relacionados con el turismo y la promoción de municipios históricos de la región con abundantes fotografías cuyo precio en mercado es bastante elevado.
El portavoz manifestó también que los plasmas, proyectores y sofás almacenados, entre otros objetos, fueron adquiridos por el anterior Gobierno para usar en exposiciones. En opinión de Esteban, lo más razonable hubiera sido que una empresa externa hubiese prestado estos artículos tecnológicos y el mobiliario sin necesidad de comprarlos. “Todo ello obedece a que había una práctica que, parece ser, se extendía de manera generalizada” y que consistía en comprar estos objetos en vez de alquilarlos a una empresa con el fin de “engordar una factura de manera absolutamente injustificada”.
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