Pedro González
Me he enterado hoy aquí y aquí que a un miembro de UPyD no le gustan ni Cañizares, ni Rouco, ni Martínez Camino, ni los Propagandistas del CEU, ni los Legionarios de Cristo, El Foro Español de la Familia, los padres que pretenden educar a sus hijos, ABC, ALBA, Gaceta, Alfa y Omega, Ecclesia, La Razón, LibertadDigital, ForumLibertas, InfoCatólica, la COPE, ACdP-CEU, CONCAPA, Profesionales por la Ética, el FEF, los Legionarios de Cristo, HazteOir, los niños con piruletas y los cachorritos… ¡Ostras! parece la lista de los reyes godos. Este hombre tenía que haberlo hecho por exclusión, tenía que haber dicho quien sí le gusta. Habría acabado antes, la verdad. O al menos un todos-son-tontos-menos-yo-que-soy-mu-listo. Por simplificar, digo.
Y aun así la asignatura de Educación para la Ciudadanía seguiría apestando.
Los gobiernos verdaderamente democráticos no pueden imponer valores que no estén recogidos en la Constitución o que no pertenezcan a la propia dignidad del ser humano. Y por muy relativistas y grandilocuentes que pretendan ser algunos políticos, no tendrán ninguna razón al pretender adoctrinar a chicos, sin criterios todavía firmemente asentados, al margen de la opinión de sus padres. No comprendo la obsesión del poder político de meterse en todas las cuestiones de la vida de la gente. Se meten donde nadie les ha llamado pretendiendo imponer una versión oficial de la vida en lugar de promover todos aquellos valores comunes a toda la sociedad y a cualquier ser humano como la justicia, el valor del esfuerzo, el respeto, la solidaridad, la honradez… En cambio sí se hace hincapié en el relativismo moral y una versión de las relaciones afectivas y emocionales, cuestiones más que dudosas, especialmente para el desarrollo equilibrado de alguien tan joven.
Además, la formación en valores no se da en una asignatura, sino de forma transversal en todas las etapas y actividades de un chico, por lo que vuelve a resultar altamente sospechosa la implantación de esta asignatura. Hablando de asuntos sospechosos habría que destacar también la diferencia de trato que se da entre EpC y la asignatura de Religión, que se puede cursar o no según las creencias de los padres.
Otra cuestión es que ni lo legal, ni lo políticamente correcto tienen por qué coincidir con lo correcto ni con lo verdadero. Porque la fuerza de la verdad no se impone por ser muchos o pocos, sino porque es la verdad. Y por más que regímenes políticos ruinosos o culturas mortales y relativistas que en un momento se puedan imponer y pretendan marginar a todos los que no comparten sus desastres, la cuestión no se puede silenciar.
Y dicho todo esto, después, la tarea del Estado no es meterse en temas que no son de su competencia, sino apoyar a las familias y facilitar su derecho a elegir el tipo de educación que desean para sus hijos. Y para colmo de todos los males, en un país con alto fracaso escolar y bajo rendimiento de los alumnos es una asignatura altamente incomprensible por ser totalmente innecesaria y que roba horas de estudio a otras materias, que por lo visto no consideran muy importantes.
¿Por qué dejamos el poder político manipule las finanzas y cajas de ahorros? ¿Por qué dejamos que el poder político manipule la Justicia? ¿Por qué dejamos que el poder político manipule la Educación?… Las consecuencias están siendo desastrosas y lo único que proponemos son eslóganes simplones como “lo queremos todo y lo queremos ya”. Vamos hombre!!!
Dejémonos de tonterías con estos temas que lo que está en juego es la educación de quienes en el futuro formarán la sociedad. Y después los lamentos valdrán para poco.
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