Escrito por: Sebastián Puig el 02 Ago 2011
Supongamos un país ficticio,TAURUS, sumido en una fuerte recesión como consecuencia de la crisis financiera. Es una nación de entidad media, con un peso específico importante dentro de una potente comunidad económica regional, CONSORTIUM, con mercado y moneda únicos y que compite con diversos bloques económicos del planeta.
TAURUS, así como otros países periféricos de CONSORTIUM, presenta una elevada tasa de desempleo, un tejido empresarial dañado y un consumo interno muy débil, que no termina de repuntar. La importante carga que para dicho estado han supuesto los diversos rescates a sus entidades financieras, las diversas iniciativas gubernamentales de reactivación económica (cortoplacistas, poco meditadas y mal comunicadas) y los desembolsos correspondientes a las prestaciones sociales, se traducen en un elevado déficit público que debe ser financiado mediante la emisión de deuda en los mercados. Aunque su nivel de endeudamiento actual es medio-alto, ha crecido rápidamente en los últimos meses.
Consideremos ahora una nación, comunidad de naciones o incluso un posible lobby empresarial, REPROBUS, con un especial interés en debilitar la posición global de CONSORTIUM, que amenaza su propia hegemonía económica. REPROBUS decide emprender una acción ofensiva sin exponerse públicamente; la configuración actual de los mercados se lo permite:
- En primer lugar, REPROBUS analiza a su adversario, sus capacidades críticas, necesidades críticas y vulnerabilidades críticas. Su situación final deseada es clara (quebrar la fortaleza de su antagonista), y en base al análisis efectuado define unos objetivos. En este caso, resulta evidente que un ataque a TAURUS comprometería la posición de CONSORTIUM.
- REPROBUS puede maniobrar a través de sus agentes o intermediarios, tomando posiciones en el teatro de operaciones financiero. Típicamente, ello se consigue mediante posiciones de “venta corta” (short selling). En ellas, el inversor toma prestados títulos de un determinado mercado de valores (stock loan) para luego ofrecerlos a la venta con la intención de recomprarlos a menor precio (covering) en el futuro, devolviendo en ese momento los títulos al prestamista (y embolsándose la ganancia). Esta operación se facilita todavía más si ni siquiera se piden prestados los títulos (naked short selling). En nuestro supuesto, REPROBUS opera con los títulos de deuda pública (letras, bonos u obligaciones) de TAURUS, persiguiendo una caída drástica de su valor. La acción ofensiva está preparada.
- REPROBUS desencadena su ataque: ordena vender los títulos de deuda de TAURUS en los mercados, y a su vez compra Credit Defaut Swaps (CDS) de ese mismo país. Los CDS son derivados financieros que se constituyen como aseguramiento ante incumplimientos crediticios. Una mayor demanda de CDS eleva su coste, lo que se percibe en los mercados como un mayor riesgo de impago por parte de TAURUS. El “efecto contagio” puede acelerarse mediante una manipulación interesada de la información económica y la propagación de rumores en foros y prensa especializados. Todo ello encarece a su vez las emisiones de deuda del país, que deben efectuarse a tipos de interés cada más elevados, mientras que los títulos existentes van perdiendo valor en los mercados. Ambos efectos dificultan la financiación de TAURUS, comprometiendo seriamente su ya castigada economía e incrementando el riesgo de impago. Además, el descenso en la cotización de los títulos hace extremadamente rentables las posiciones bajistas adoptadas por los agentes de REPROBUS. Finalmente, la divisa única de CONSORTIUM se ve también afectada por el ataque, provocando una severa onda expansiva en toda la comunidad económica. El enemigo ha alcanzado su situación final deseada, obteniendo en el proceso pingües beneficios.
El pasado 14 de julio ("Europa: Demolition Week") me preguntaba si lo que persiguen realmente los movimientos especulativos actuales es debilitar el euro, desviando el capital extranjero necesario para cubrir el creciente desequilibrio de balanza de pagos estadounidense, ante la evidencia de que países como China han estado reequilibrando sus reservas de divisas adquiriendo euros en detrimento de dólares. Visto lo que ocurre en Estados Unidos y lo que estamos sufriendo en el día de hoy, insisto en mis conclusiones de entonces: debemos ampliar nuestro horizonte de análisis, ante la existencia probada de actores internacionales con motivos, medios y oportunidad para lanzar operaciones financieras ofensivas como la que hoy he descrito. Además, las acciones de respuesta deben ser acordes a la dimensión estratégica que estamos planteando: mucho mayor liderazgo comunitario; mayor transparencia, credibilidad y solidaridad; reforma y potenciación de la unión política y económica, así como la implicación de la comunidad internacional.
A este respecto, resulta decepcionante comprobar la nula relevancia del G20 en la gestión y resolución de esta crisis (que recordemos, no es sólo "un problema europeo", sino que tiene una dimensión global), así como el papel titubeante del FMI. De continuar con tales tibiezas, la situación va a empeorar hasta límites que todavía no me atrevo a imaginar... Desde luego, no podemos destacar una eventual tormenta financiera perfecta .
A este respecto, resulta decepcionante comprobar la nula relevancia del G20 en la gestión y resolución de esta crisis (que recordemos, no es sólo "un problema europeo", sino que tiene una dimensión global), así como el papel titubeante del FMI. De continuar con tales tibiezas, la situación va a empeorar hasta límites que todavía no me atrevo a imaginar... Desde luego, no podemos destacar una eventual tormenta financiera perfecta .
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