martes, 29 de mayo de 2012

Educación para la Ciudadanía: reducción al absurdo

28/05/2012

La interminable polémica de las asignaturas adoctrinadoras de Educación para la Ciudadanía (EpC), ha entrado, tras los últimos posicionamientos e iniciativas, en su fase más absurda y grotesca. Un conjunto de ocurrencias que parecen haber olvidado lo fundamental: está en juego nada menos que la educación moral de los hijos, cuya responsabilidad primera es de los padres y no de los políticos, sea cual sea su signo. Parecen olvidar también, pese a las iniciales y esperanzadoras declaraciones del Ministro Wert, que el sistema educativo español no aguanta ya más experimentos ideológicos.
A la insólita e inconsistente propuesta del Ministerio, conocida por la filtración a El País del pasado 19 de mayo, siguió el lamentable espectáculo de la reunión del Conferencia Sectorial de Educación del último jueves, en la que oficialmente se presentaban los nuevos contenidos básicos de las materias para Primaria y la ESO. Basta leer la crónica publicada en el mismo diario citado para hacerse una idea de la situación en la que nos encontramos:
“El nuevo temario que el ministerio quiere aplicar ya el curso que viene reduce contenidos sobre los conflictos sociales y las desigualdades, obvia las escasas referencias a la homosexualidad e incorpora nuevos temas como la defensa de la iniciativa privada y la crítica del nacionalismo excluyente. Pero, frente a esos cambios, al menos tres comunidades autónomas quieren devolverla a su esencia actual y una cuarta, Madrid (del mismo partido político que el Gobierno central) pide su retirada”.
“El contenido de Ciudadanía –continúa la crónica de El País–, que llegó hasta el Tribunal Supremo en la pasada legislatura, ha vuelto al centro de la controversia. El ministro de Educación, José Ignacio Wert, había anunciado nada más llegar al cargo que la transformaría, rebautizada como Educación Cívica y Constitucional, para eliminar cuestiones controvertidas y susceptibles de adoctrinamiento ideológico. Pero tres comunidades autónomas (Andalucía, País Vasco y Cataluña) desaprueban el giro planteado por el ministerio y plantean modificar la parte del currículo que queda en sus manos- un 35% en el caso andaluz y el 45% en las otras dos- para devolverla a su actual esencia.
Los cambios que ha propuesto el ministerio la alejan de la Constitución Española, considera la consejera andaluza, Mar Moreno (PSOE), primera en apuntar a una revisión del temario a nivel autonómico para corregir los contenidos actuales que se aprobaron con un debate a fondo con la comunidad educativa, con la que anunció que volverá a contar para la revisión.
Cataluña reclamó la retirada de uno de los conceptos añadidos, el de nacionalismo excluyenteSe interpreta de una forma u otra según quién lo recibe y dónde se recibe, señaló la consejera Irene Rigau (CiU). El ministerio aceptó borrarlo del temario, según confirmó la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, que es la que ha comparecido ante los medios al término de la reunión en lugar del ministro Wert. Según Gomendio, el ministerio no se planteó que un concepto incluido en el apartado de conflictos a nivel mundial pudiese herir la sensibilidad de ninguna comunidad autónoma”.
En medio de semejante alarde de irresponsabilidad, sólo los consejeros de Educación de Murcia, Madrid y La Rioja parecen estar dispuestos a salvar la sensatez de los responsables políticos de la educación española. Según ha informado La Opinión de Murcia, Constantino Sotoca, Consejero de Educación de Murcia, “apuesta por sustituir Educación para la Ciudadanía por materias de refuerzo”. Por su parte, el diario La Rioja ha informado que el Consejero riojano, Gonzalo Capellán, “pide eliminar Educación para la Ciudadanía porque no aporta nada”. Lucía Figar, consejera de Madrid, abogaba, según el diario La Gaceta, por suprimir EpC, asegurando que “esta asignatura no ha resuelto ninguno de los gravísimos problemas que tiene la educación española y ha creado muchísimos nuevos”.
La viñeta que acompaña estas líneas, publicada hoy por el genial Montoro en La Razón, no puede resumir mejor el actual estado de las cosas de unas asignaturas que nunca debieron nacer y cuyo mejor destino es, lisa y llanamente, su supresión.























2 comentarios:

Unknown dijo...

Básicamente, creo que lo que sobra es la asignatura al completo. Nunca en la Historia de España se han llevado a cabo tantas sinrazones, estúpideces e idioteces cómo en los últimos treinta años en los que se nos dice qué comer, que hacer, cómo vivir y cómo morir.

Estoy un poco harto de tanta falacia y creo que, sino vamos a volver a tener unos políticos decentes que en lugar de querer amoldar el pueblo a ellos hagan lo imposible por amoldarse al pueblo del que viven, más vale que dejemos de tener un sistema tan falso cómo inutil y carente de democracia.

Un saludazo.

Anónimo dijo...

¿Lo haremos cuando volvamos? ¿El PSOE? ¡¡Suerte!! jajajajaja. Además de que son la misma mierda que el PP, ya no se los cree nadie.